Juan Diego López
La victoria del NO es una exraña versión de lo que significa ganar. Primero porque este grupo resultó desintegrado y ahora sólo lo forman los sindicalisas y las organizaciones estudiantiles. Es decir, un grupo que representaría un sector laboral y productivo para dejar boquiabiertos a los ciudadanos y a cualquier economía mundial. Pero, además, su análisis de los resultados del referéndum y de la tareas por venir, es verdaderamente patético. Para comprender eso, visite la página de la ANEP en la dirección:
http://www.anep.or.cr/
Allí se encuentran varios comentarios, entre los cuales les recomiendo los de Wim Dierckxsens, Ana Iztarú y Ronald Vargas. Sin embargo, no se pierdan el de Walter Antillón, el de Bryan González y el de Ángel Rivera. Les aseguro que la fatiga vale la pena y se van divertir de lo lindo.
El de Dierckxsens es simplemente increíble. Se denomina “Más allá del referéndum sobre el TLC de Costa Rica” y uno de sus párrafos dice:
“La victoria del NO en Costa Rica es de haber construido poder popular. Hubo un proceso de politización nueva que se desarrolló en torno al referendo en general y a través de la labor del los comités patrióticos en particular. Se demostró que los movimientos sociales pueden presentar proyectos políticos alternativos que no representan los intereses del poder local y del imperio. De ahí podrán emerger futuras campañas más radicales en el país. Es de esperar que de aquí a Febrero de 2008 la lucha se intensificará tanto en el asamblea legislativa como en la calle en torno a las leyes que ha de aprobar dicha asamblea legislativa de Costa Rica en torno a la "liberalización" de las telecomunicaciones, los seguros, los patentes y los derechos de propiedad intelectual, entre otros. Si cualquiera de esas leyes no cumple con las exigencias impuestas por EEUU en las negociaciones del TLC, el tratado no entrará en vigencia. La lucha social por una alternativa a los tratados de libre comercio ha perdido una batalla importante en Costa Rica, pero aun no la guerra (Sic)”. http://www.anep.or.cr/leer.php/1842
Según él, lo que existe entre el sí y el no es un poder popular, que tiene un proyecto político (del cual lo único que se conoce es su carácter sedicioso) y augura la emergencia de campañas futuras más radicales mediante la oposición callejera a la agenda de implementación. Para él, bastaría derrotar una de estas leyes para derrotar el TLC. Pero vean lo que dice a renglón seguido:
“Asimismo son de esperar reivindicaciones en el continente de que ningún gobierno adhiera a un TLC sin una consulta popular democrática. La coyuntura internacional se torna cada vez más favorable al proceso de desconexión, incluso en EEUU. Las tesis proteccionistas suelen sonar cada vez más en el Congreso norteamericano ante la pérdida de competitividad de su economía norteamericana y ante la amenaza de una recesión a partir de la imperante crisis en el sistema financiero. Es de dudar que las tesis de libre comercio se sostengan en el Congreso norteamericano después del 1 de marzo de 2008 ante la campaña política en EEUU. Con las grandes derrotas militares en Medio Oriente y una crisis económica encima, la política se tornará cada vez más proteccionista, un entorno donde la desconexión tendrá la coyuntura más a su favor (Sic)”.
Dice que una reivindicación es que, luego del ejemplo costarricense, ningún gobierno suscribirá un TLC sin consulta popular. Sin embargo, como en el caso de Costa Rica, si esa consulta no les favorece, no dudan en desacreditarla y rechazar sus resultados. O sea, lo que resulta una victoria del NO es realizar un referéndum para luego desconocer sus resultados. Pero aún más insólito resultan las afirmaciones siguientes. El curita este reza, pide a dios y augura que retorne el régimen proteccionista a la política exterior norteamericana (que pronostica será la posición de los Demócratas) y que, ojala, gracias a la “desconexión”, nos quedemos sin acceso al mercado norteamericano. ¡Esa, entonces, sería la salvación de nuestro país! ¡Ave María! ¡Ciégalo Santa Lucía!
No creo que el autor de esas líneas pueda apelar a su pobre manejo del español para justificar tales aseveraciones ni que la ANEP tenga argumentos para apoyar tales dislates. Es claro que el sindicalismo está buscando motivos, razones y coartadas para su política subversiva.
El de Ana Iztarú es todo un pecado. Un lamento personal contra los idealistas y dice, francamente, cosas incoherentes. Como cuando se está muy tronado y confundido por los resultados de las urnas. Compruébelo usted mismo en: http://www.anep.or.cr/leer.php/1838. Les transcribo un par de párrafos para saborear esta rareza:
“Algo cercano a un idealista podría ser hoy alguien que no quiere que muera cierto tipo de pez, alguien que intuye que el universo, sin él, nunca será lo mismo, aunque esto parezca un despropósito a la gente sensata. “La gente sensata, que aún y por el momento no se ha extinguido, no puede comprender, por ejemplo, que un pez insignificante pueda obstruir un negocio de ganancias irrefutablemente pingües”.
Y después de toda esa rara elucubración, que habría de terminar en un vehemente llamado a la lucha, la chica se desarma en la más profunda y personal angustia existencial y termina su artículo así:
“Qué quieren que les diga. Tengo nostalgia”.
¡Como si el referéndum y todo el mundo circundante dependiera de su estado de ánimo personal! Pero el aderezo “femenino” para las descabelladas ideas sindicalistas está dado: es nostálgico. Ahora, los ingredientes se mezclan y se añade un poco de rabia y estupor sacerdotal. Ronald Vargas, en su artículo “Perdonen, pero para quien vive de esperanza, no hay ni habrá derrota”, sostiene que el núcleo de la institucionalidad costarricense (la Sala Constitucional, la Asamblea Legislativa y el Tribunal Supremo de Elecciones) es la “Santísima Trinidad” del fraude. Y muy amargamente dice:
“Me imagino que a ustedes les pasó lo mismo… Ayer 7 de octubre pasé una noche terrible, el cuerpo que me pedía a gritos que lo dejara descansar, mientras la cabeza aturdida navegaba en un mar de explicaciones inexplicables”. http://www.anep.or.cr/leer.php/1833
No resisto la gana de decirle a este otro curita que yo, mi familia y la cantidad de amigos que vinieron a mi casa a esperar los resultados, no sufrimos tal crisis. Al contrario. Saltamos de alegría, brindamos, nos felicitamos, brindamos, nos felicitamos, brindamos, nos felicitamos. Hubo discursos, brindis, reconocimientos a la inteligencia del pueblo, brindis, admiración por el proceso, brindis, y, finalmente, un brindis por el entierro definitivo de los dinosaurios políticos más nocivos que ha conocido nuestra patria, tales como Luis Alberto Monge, Rolando Araya, Rodrigo Carazo y sus carazitos, Humberto Vargas, Gloria Valerín, Albino, Fabio Chávez, Villasuso, Epsy, Ottón y a los numerosos desaparecidos en campaña. Es cierto que hay que ser benevolente en la victoria, pero permítanme decir que es de lo más rico triunfar y que tenemos el derecho de regocijarnos y de celebrar salvajemente, sobre todo, por la magnificencia de lo que ganamos: la soberanía y la inteligencia popular.
No podemos seguir analizando cada uno de los patéticos comentarios que presenta la página de la ANEP. Sirvan los casos señalados para aportar un panorama de los principales derrotados en el referéndum, de su actitud inmadura y revanchista y para invitarlo a visitar este entuerto costarricense.
17 de octubre de 2007